Alberto Zumarán 

Esta propiedad era de mi abuelo, Félix Ortíz de Taranco, padre de mi madre. Así que yo de chiquilín venía acá. En el ‘66 se dividió y yo pensé “¿que hago con la chacra?”. Flor de Chacra además. Y empecé a agarrar cada vez más para este lado. Ahora ya no tengo nada a nombre mío. Es todo de mi señora. Es que los últimos períodos de la dictadura fueron muy duros. A los blancos nos había dado por pelearle a los milicos. Entonces allí una muchacha, una escribana del Frente Amplio, me dijo “Alberto, lo primero que tenés que hacer es una separación de bienes”. Ahí dejé todo a nombre de ella. Pero en el origen es de los Taranco, es un pedazo de la quinta Taranco. Producimos durazno, pera y manzana. Muchas variedades de durazno, dos variedades de pera y cuatro de manzana. Los peores años de la quinta fueron sobre el final de la dictadura. Esos fueron tremendos. Ahí sufrimos, la quinta sufrió. Pero después -yo además estuve de senador hasta el 95- me enterré acá y la verdad que en trece años mejoró. Por ejemplo ahí vas a ver dos cámaras frigoríficas preciosas, son nuevas, y a mi me está yendo bien. Yo no puedo quejarme. A esta chacra en el ‘80, para el plebiscito del “No”, venían tres, cinco, siete personas de todos los departamentos. Se hicieron varias reuniones, porque no teníamos lugar. Setenta personas no podíamos meter acá. Tuvimos creo que tres. Con Carlos Julio Pereyra, Pivel Devoto, Fernando Oliú, Williman. Aunque el Partido Nacional tuvo un grupo que estaba con el Goyo., y con esa gente tuvimos algunos problemas. Ellos tenían una mujer muy bonita que se llamaba Cristina Maeso. Hubo una Convención del Partido Nacional estando en el país el español Adolfo Suárez, que fue el que hizo la transición en España. Y el Goyo Álvarez lo expulsó del país. Entonces yo tenía que acompañarlo, antes de llevarlo al aeropuerto de Carrasco lo quería llevar a la Convención. Muy bien. Entonces entré con Suárez al Trouville en el momento en que los blancos wilsonistas la tiraban afuera a la Maeso, que estaba en la calle! La mataban! La querían matar a la mujer porque estaba con el Goyo Álvarez. Así le mostrábamos a Suárez la democracia uruguaya, una catástrofe! (risas). Entonces le tuve que explicar que no siempre éramos tan burros los uruguayos, ¿no? Tan Salvajes.

Camino Felix Ortíz de Taranco. 3 de diciembre de 2008